La actividad física se asocia a múltiples beneficios, tanto a nivel motriz como fisiológico, cognitivo o relacional. Teniendo esto en cuenta y buscando el máximo aprovechamiento de todo ese potencial, las actividades multideportivas se ajustan a la perfección.

Por un lado, porque suponen distintos estímulos tanto cognitivos como fisiológicos que generan adaptaciones diversas al organismo. A esto se añade el componente de la formación de grupos, que con una buena planificación favorece y estrecha las relaciones interpersonales.

Por otra parte, la combinación de diversas disciplinas deportivas fomenta la adquisición de las distintas habilidades motrices básicas, que son desplazamiento, equilibrio, giros, disparos, lanzamientos y recepciones, saltos y aterrizajes, lucha y movimientos y expresiones. Así, cada deporte permite profundizar en el conocimiento de una o más habilidades, por lo que la riqueza motriz de los niños incrementa de forma notable respecto a aquellos que practican una sola modalidad.